Todos somos únicos.

Salvo que algunas personas son más singulares que otras. Siempre habrá valores atípicos y excepciones a las reglas.

¿Es usted uno de ellos?

La respuesta está más abajo. Éstas son las 10 señales de que tu personalidad es tan única que la gente suele malinterpretarte.

1) Te cuesta establecer conexiones auténticas con los demás

No es fácil ser el que no encaja, y lo sabes por experiencia propia.

Los años escolares pueden ser duros para cualquiera, pero sobre todo para las personalidades singulares. Piense en su infancia.

¿Tenías dificultades para encontrar tu grupo? Tal vez cambiabas continuamente de uno a otro, te tiraban de un lado a otro como si fueras una pelota. Tal vez sólo tenías un amigo que era tan único como tú. O tal vez pasabas mucho tiempo solo, haciendo dibujos en un rincón.

Esta incapacidad para pasar desapercibido te ha acompañado a lo largo de los años, y ahora estás aquí, con sólo unos pocos amigos de verdad.

Es mejor ser auténtico con uno mismo y tener un círculo más reducido que vivir una vida de fingimiento.

2) "Simplemente eres diferente"

La ventaja de ser único es que tu mente es maravillosamente diferente.

¿El inconveniente?

La gente no te entiende. Cada vez que haces algo fuera de lo normal, tus amigos y familiares lo pasan por alto diciendo: "Qué típico, claro que harías algo así, simplemente eres diferente".

El problema es que nunca está muy claro si ser "diferente" es bueno o no. Rondas en la zona gris, inseguro de lo que tu familia piensa realmente de ti aparte de lo extraño que eres.

Y a veces -o muchas veces, seamos sinceros- intentas sobreexplicar tu comportamiento sólo para que alguien te entienda por fin.

3) Explicas y explicas pero siempre te quedas corto

Das un elaborado discurso diseccionando tus pensamientos e intenciones. Para ti, tiene todo el sentido.

Tal vez digan un par de veces "es que eres diferente".

Gemido.

Y en algún momento, te das cuenta de que tal vez sea mejor simplemente... no decir nada.

4) Te guardas muchas cosas para ti

La incomprensión duele.

Parece como si estuvieras completamente solo en un mundo lleno de gente, incapaz de abrirte y escuchar ese clic, esa sensación de dos mentes que conectan a un nivel más profundo.

Al cabo de un tiempo, puede que renuncies a intentar explicarte. Te guardas la mayoría de tus pensamientos para ti, en la seguridad de tu propia mente.

Si crees que es inútil expresar tus verdaderas opiniones porque la prueba y el error te han enseñado que no tiene sentido, puede ser una señal de que tu personalidad es muy singular.

5) Tu mundo interior está pintado de otro color

Todo lo que hemos visto hasta ahora es el resultado de una cosa: simplemente funcionas de forma diferente.

Y eso está más que bien.

Tu mundo interior es rico y poderoso, y te da las herramientas para abordar los problemas de formas nuevas y creativas.

En clase de Matemáticas, todos solíamos seguir las indicaciones del profesor. Pero mi amigo era diferente: siempre encontraba sus propias estrategias para resolver los problemas matemáticos porque no le gustaba lo que hacía el profesor.

Juego limpio para él.

Con una personalidad tan única como la tuya, tú eres ese amigo. El que piensa con originalidad, trabaja de forma independiente y tiene el potencial de encontrar nuevas soluciones a viejos problemas.

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No se conoce a gente así todos los días. Y eso te hace maravilloso y valioso.

6) ¿Reglas? ¿Qué reglas?

Obviamente, la singularidad no se ajusta a los libros de texto. Enfocas el mundo de forma diferente y, por tanto, tiene todo el sentido del mundo que las reglas establecidas y las normas sociales no se adapten a ti.

Puede que te cueste cumplir las expectativas sociales en cenas y fiestas.

Puede que seas un búho nocturno en un mundo hecho para los madrugadores.

Puede que los estudios te parezcan aburridos y una pérdida de tiempo (esto suele ocurrir con personas singulares y muy inteligentes: por ejemplo, Albert Einstein, que abandonó los estudios, o Bill Gates, que dejó Harvard).

Simplemente estás decidido a abrirte camino en el mundo, aunque eso signifique renunciar a los sobresalientes en tu diploma o a la red de seguridad de las carreras tradicionales.

7) Ni siquiera los tests de personalidad pueden descifrarte

Cuando te propones hacer algunos tests de personalidad, o bien obtienes un resultado muy singular -por ejemplo, podrías ser INFJ en el test Myers-Briggs- o bien los resultados no se ajustan a ti en absoluto.

"¿Qué?", piensas mientras lees un texto que explica que tu punto fuerte es la toma de decisiones. "¡Soy la persona más indecisa del mundo!".

Esto se debe a que tu personalidad es tan compleja que es imposible descifrarte respondiendo a unas preguntas preestablecidas.

La prueba también puede ser una porquería, así que... ahí queda eso. Tómatelo con humor.

8) No encajas en categorías ordenadas

Los tests de personalidad se basan en la categorización, y lo mismo hacen muchas personas cuando intentan poner una etiqueta a lo que son.

Aunque las etiquetas pueden ser muy útiles (al agruparte con otras personas, te resultará más fácil establecer vínculos profundos y tener un mayor control de ti mismo), también tienen un carácter restrictivo.

Y la singularidad no se lleva bien en cautividad.

Si ninguna de las etiquetas que se le ofrecen le convence, quizá sea usted demasiado complicado de definir.

Pero la buena noticia es que no necesitas encajar en ninguna categoría para ser feliz. Sé simplemente tú mismo, eso es lo único que importa.

9) Las conversaciones triviales le resultan agotadoras

Antes de terminar con la última señal, tenemos que abordar el tema de la charla trivial, que entorpece la mente y desgasta el alma.

La conversación trivial es como el Marmite (una pasta británica hecha de levadura): o te encanta o la odias.

Si tienes una personalidad muy singular, es probable que te desvíes en la segunda dirección.

La conversación trivial consiste en rozar la superficie de la mente de alguien. ¿Cuál es su trabajo? ¿Qué opina del tiempo que hace hoy? ¿Ha tenido un buen vuelo?

Uf, dame un respiro. Quieres hablar de cosas que importan de verdad. ¿Qué te ha hecho sonreír hoy? ¿Cómo te has sentido últimamente, y digo de verdad?

Si una conversación no profundiza lo suficiente, pierdes rápidamente el interés y te preguntas si sería preferible pasar la velada solo.

Lo que nos lleva a nuestro último punto...

10) Le gusta la soledad

Como alguien que a menudo es incomprendido, no es de extrañar que te guste estar solo.

Tu imaginación se desata, tus aficiones te absorben durante horas y horas y tus animales de compañía te demuestran una y otra vez que son los mejores amigos que podrías desear.

La soledad es asombrosa, y la capacidad de prosperar en tu propia compañía es una habilidad excelente.

Pero antes de atrincherarte en una cabaña en algún lugar del bosque, recuerda que por muy único y diferente que seas, no eres el único.

Hay personas ahí fuera que son inusuales y auténticamente ellas mismas en la misma medida que tú, aunque de formas diferentes. Y cuando las encuentres, forjarás amistades para toda la vida.

Ser único no significa llevar una vida aislada, así que sal ahí fuera y haz amigos.

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