Las relaciones son un proceso continuo que requiere la implicación, el compromiso, el esfuerzo y la empatía de ambas partes. Como solía decir mi antiguo maestro espiritual, "el matrimonio es un 60-40 de dar y recibir... en ambos sentidos", lo que significa que para que una relación brille, ambas personas tienen que intentar dar más de lo que reciben.
Pero, seamos sinceros, incluso los mejores de nosotros... incluso si lo estamos dando todo... acabamos en relaciones que fracasan.
Y ese fracaso duele. Nos hace cuestionar nuestros propios valores, si "nos equivocamos" en la relación. Agonizamos sobre cómo evitar que nos vuelvan a herir.
Resulta que la mayoría de las relaciones fracasadas pueden atribuir su fracaso a una o varias de estas sorprendentes razones que están en la base o en el espíritu de la relación.
Veamos 15 razones espirituales por las que fracasan las relaciones.
¿Cuáles son las razones espirituales?
A veces, las relaciones fracasan por motivos externos que no tienen nada que ver con la compatibilidad. La distancia, por ejemplo. Quizá conociste a la mujer de tus sueños mientras estudiabas en el extranjero, pero la relación se esfumó cuando tuviste que volver a casa.
Esa no es una razón espiritual, es una razón logística.
Cuando decimos espiritual, nos referimos a involucrar los espíritus de cada persona en una relación. Después de todo, una relación es una construcción - una asociación - entre dos personas: mente, cuerpo y espíritu. Por lo tanto, si hay una falta de alineación en torno a la resolución de conflictos, la empatía o las etapas de la vida, éstas serían Razones Espirituales para que una relación fracase.
1) El "yo" nunca se convirtió en "nosotros".
Las grandes relaciones son asociaciones. Una asociación es una pareja que está unida. A medida que su relación se profundice, a menudo descubrirá que cuando alguien le pregunte cualquier cosa, incluso preguntas inocuas como "¿qué vais a hacer en vacaciones?", instintivamente responderá con "nosotros". "Vamos a ver a mis padres", "Hemos quedado en Boston para Acción de Gracias", "¡Nos vamos de vacaciones!".
Esto es algo sano y bueno. Significa que tú y tu pareja veis vuestra relación como una unión. ¡Sois pareja!
Sin embargo, a veces esto no sucede. A veces, inconscientemente, esa unión no encaja. En su lugar, es "yo hago, ella hace, él quiere, yo quiero". No hay unión. Sólo hay dos personas que orbitan una alrededor de la otra.
Al principio de una relación, eso es natural y normal. Sin embargo, si después de meses o incluso años, el "nosotros" no surge de forma natural, puede significar que ambas partes no están viendo esto como una asociación.
2) Rechazas "ofertas" de conexión
Una "puja", acuñada por el Dr. John Gottman, es el "componente fundamental de la conexión en una relación". Es una puja por la conexión entre la pareja.
¿Cómo es una oferta?
Puede ser algo muy sencillo, como decir: "Oye, mira este meme tan gracioso que he visto", o algo romántico, como abrir una botella de vino y poner el disco favorito de tu prometida.
Cuando se le presenta una puja, el compañero tiene tres opciones:
- Gire hacia la oferta
- Dar la espalda a la oferta
- Gire en contra de la oferta
Cuando tu compañero te pide que veas el meme gracioso, girarte hacia la oferta sería mirar el meme, reconocerlo y reírte, aunque el meme no sea tan genial.
Darle la espalda sería decir: "ahora no, estoy ocupado".
Volviéndose contra la oferta sería donde atacarías a la otra persona, "¡no otro meme estúpido!".
Las relaciones sanas son aquellas en las que se aceptan ofertas con frecuencia. Se aceptan ofertas de afecto.
Si mira hacia atrás en su relación y se da cuenta de que siempre rechazaba las ofertas de su pareja, o de que su pareja siempre rechazaba las suyas, esa puede ser una de las razones por las que su relación se resintió.
3) Estáis atravesando diferentes fases de vuestras vidas
Las relaciones son cuestión de tiempo: tu pareja y tú podéis ser compatibles intelectualmente, tener una química increíble y compartir los mismos valores, pero romper porque tú estás listo para sentar la cabeza y tener hijos y ella quiere empezar Derecho.
Vuestros espíritus tienen deseos diferentes. Vuestros espíritus se desarrollan a velocidades diferentes.
Un espíritu está dispuesto a comprometerse con la estabilidad y la paternidad, mientras que otro espíritu sigue centrado en el autodesarrollo... ¡Eso está bien! Debéis respetar las diferencias del otro y aceptar que esas diferencias pueden estar demasiado lejos para salvarlas.
4) Trampas
El engaño puede adoptar muchas formas diferentes (física, emocional), pero es, en su raíz, una traición. Es una traición a un acuerdo que ambos han hecho: un acuerdo para tener intimidad sólo el uno con el otro.
Independientemente del motivo del engaño (y las aventuras son complicadas, lo comprendo), la realidad es que uno de los miembros de la pareja ha traicionado al otro, lo cual es una herida que, para muchos miembros de la pareja, no se puede curar.
Es posible que una relación sobreviva a la infidelidad, pero para ello es necesario que el adúltero se comprometa a ser totalmente sincero y a ganarse de nuevo la confianza de su pareja. También el cónyuge ofendido debe esforzarse por no utilizar la infidelidad como arma arrojadiza contra su pareja, algo a lo que recurrir cada vez que se produzca una discusión.
¡Bueno, al menos nunca me acosté con mi secretaria!
Esto es rencoroso, y nunca conducirá a la felicidad a largo plazo.
Si te han engañado, o si has tenido una aventura, y estás pensando en hacer que la relación funcione, debes preguntarte si estás dispuesto a esforzarte por perdonar de verdad y ser fiel.
Y si estás considerando tener una aventura, no lo hagas.
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5) Egoísmo
¿Recuerdas cuando dijimos que las relaciones son 60-40 de toma y daca, en ambos sentidos? Bueno, a veces una pareja quiere que sea 0-100 de toma y daca. Sólo quiere tomar y tomar sin comprometerse.
Una pareja que exhibe egoísmo en extremo ve la relación como una extensión de sí misma, no como ellos mismos
La persona desinteresada pasa a ser vista como un activo, alguien que mejora la vida de la persona egoísta.
Echa un vistazo a tu relación anterior. ¿Eras de los que pedían demasiado a su pareja sin dar a cambio? O, ¿era tu pareja la que se aprovechaba de ti?
6) Falta de empatía
La empatía es la capacidad de "caminar una milla en los zapatos de otra persona", lo que te permite sentir la alegría que otra persona siente, el dolor que otra persona experimenta y te ayuda a llevar la carga que otra persona soporta.
La empatía nos permite ver el punto de vista de la otra persona, y (lo que es más importante) nos permite ver la validez de su punto de vista. Una persona no puede ser egoísta y carecer de empatía. Esta falta de empatía puede llevarnos a ser despectivos e insensibles, lo que puede envenenar la propia relación.
7) Libido diferente
La sexualidad es una parte importante de las relaciones íntimas, de la intimidad y de la espiritualidad.
Si uno de los miembros de la pareja tiene un gran deseo sexual y el otro no está interesado en el sexo, la relación se desequilibra, ya que una persona no ve satisfechas sus necesidades y la otra se ve en la incómoda situación de sopesar si debe o no mantener relaciones sexuales para que su pareja esté contenta.
Es un problema difícil que a menudo conduce a una ruptura.
8) Adicción
La adicción es una enfermedad, no un fracaso moral.
Las personas se vuelven adictas debido a una dependencia química que se desarrolla en respuesta a un estímulo, ya sea el alcohol, el juego o los opiáceos. Como cualquier enfermedad, el resultado puede ser devastador. Esta devastación puede ser la desaparición de la relación, una sorprendente razón espiritual por la que las relaciones pueden fracasar.
La adicción hace que una "tercera parte" entre en la relación, por así decirlo. En lugar de que su relación sea una asociación espiritual de 2, la tercera parte (el elemento adictivo, por ejemplo, el alcohol) se abre paso a la fuerza. Su pareja se vuelve deudora de la adicción, y antepondrá la adicción a usted.
El tratamiento es posible, pero es difícil y lleva tiempo. Y, sobre todo, ambas partes tienen que estar de acuerdo. Si tu novio está dispuesto a desintoxicarse, pero tú vienes de una familia de adictos, y estar con un adicto es una línea roja absoluta, entonces tienes derecho a protegerte y dejar la relación.
9) Os habéis distanciado
A veces, nuestros espíritus convergen en una relación durante un breve periodo de tiempo, como curvas que se cruzan, pero al final acaban separándose.
La razón de que esto ocurra es en cierto modo un misterio. Si quieres darle un enfoque muy espiritual, podría deberse a que nuestras vidas están destinadas a fines distintos.
O puede deberse a que no nos esforzamos por crecer juntos. Esto ocurre a veces cuando las parejas están muy ocupadas (trabajo, crianza de los hijos) y sus vidas privadas acaban tomando rumbos distintos. En algún momento, la pareja se da cuenta de que se han convertido en extraños el uno para el otro.
Esto es mucho más fácil de prevenir que de solucionar. Debéis esforzaros por tener actividades y aficiones que sólo hagáis en pareja, para que siempre tengáis una base sólida para vuestra relación.
10) Nunca te abriste
Al principio de las relaciones, los sentimientos de calidez y alegría pueden ser abrumadores. El deseo romántico y erótico puede dominar todo el noviazgo. Sin embargo, estos sentimientos de enamoramiento y deseo casi obsesivo no pueden durar eternamente en este estado dominante. A medida que la relación evoluciona, este enamoramiento suele dar paso a la intimidad.
Durante la "fase de luna de miel", o fase en la que la relación es nueva, brillante y alegre, es útil "abrirse" y compartir la intimidad emocional, de modo que, al salir de la fase de luna de miel, se tenga una base emocional y romántica sólida para la relación.
Sin embargo, a algunos de nosotros (por la razón que sea) nos cuesta abrirnos y tener intimidad emocional.
En cambio, la fase de luna de miel termina, y con ella la relación.
11) No confiabais el uno en el otro
La confianza es la piedra angular de las relaciones. Para que una relación funcione, tienes que confiar en que tu pareja estará a tu lado, te ayudará a crear un entorno seguro y estable y no te traicionará.
A veces, en las relaciones, una persona no es capaz de confiar plenamente en su pareja. Esto puede deberse a que la persona experimentó una traición en la relación actual o incluso de una relación anterior.
Aunque no sea culpa tuya, es posible que tu pareja (o ex pareja) siga teniendo problemas de confianza derivados de una traición anterior, y superar esta falta de confianza es fundamental para el éxito de la relación. Si la confianza nunca se construye, la relación nunca tendrá éxito.
12) No compartís los mismos valores
Las personas pueden parecer compatibles al principio, pero a medida que la relación se profundiza, pueden surgir diferencias fundamentales que pueden condenar la relación. Tal vez usted sea una persona profundamente religiosa y su novia resulte ser atea.
Cuando empezasteis a salir, eso no parecía gran cosa. Pero, con el paso de los meses, esa diferencia fundamental de valores se hizo mayor.
O puede que tú hayas querido tener hijos, mientras que tu pareja cree que es inmoral traer niños al mundo mientras el cambio climático nos asola (¡conozco a gente que lo cree!).
Estas diferencias fundamentales de valores marcan incompatibilidades de nuestros espíritus; algunas diferencias son sencillamente demasiado grandes para empapelarlas, y la relación no tendrá éxito.
13) Diferentes expectativas
A la hora de iniciar una relación, es fundamental estar en sintonía. Tú, por ejemplo, puedes estar buscando una relación seria que pueda conducir al matrimonio. Tu novio, en cambio, puede estar buscando una relación que dure hasta que se gradúe en la universidad. Esa es una fuerte diferencia de expectativas sobre la trayectoria de la relación.
Ahora bien, a veces, las personas tienen ideas de hacia dónde irá su relación, pero son flexibles en cuanto a lo que ocurre. No están atadas a un único camino. En este caso, es beneficioso mantener conversaciones sinceras y frecuentes sobre vuestra relación, vuestros objetivos y expectativas.
Si, por el contrario, constata que existe una diferencia inflexible de expectativas, puede que la relación esté a punto de agotarse.
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